Celebración de la tradicional cena de la Real Hermandad de San Juan de la Peña

El Hotel Boston de Zaragoza fue el lugar escogido para celebrar, el pasado día 30 de noviembre, la tradicional cena-coloquio que la Real Hermandad coincidiendo con la proximidad de las fiestas navideñas. En esta ocasión, el invitado de honor fue el director general del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Ilustrísimo Sr. D. Javier Callizo Soneiro.

El Hermano Mayor, Emilio Eiroa, entrega al director general de Patrimonio Cultural, Javier Callizo, un recuerdo
Su exposición se centró en el análisis actual de San Juan de la Peña, dando a conocer a los miembros de la Hermandad las últimas realizaciones que se han efectuado en el Monasterio por parte de la Administración de la Comunidad Autónoma.
Callizo hizo hincapié en los esfuerzos que la Diputación General de Aragón realiza, de forma constante, hacia San Juan de la Peña. “Aun en tiempos de dificultades económicas hemos mantenido, incluso aumentado, las cantidades destinadas a las actuaciones en el ámbito del Monasterio Viejo de San Juan de La Peña”. Tanto es así, que en los últimos meses ha visto realizadas unas actuaciones centradas en el Panteón de Nobles, la decoración mural de la Cripta y el lienzo de la Capilla a San Voto.

Situado en un espacio al aire libre y delimitado por el muro del evangelio de la iglesia alta, el museo actual y el muro exterior del Panteón Real, el Panteón de Nobles ha recibido una especial atención. Se han realizado actuaciones destinadas a frenar el deterioro progresivo que el paso del tiempo ha producido como consecuencia de la suciedad superficial, desplacaciones en alguna de las inscripciones, alveolización en varias laudas sepulcrales, desgaste o pérdida de relieve originado por la acción erosiva y la meteorización, entre otros factores.

Los trabajos realizados han consistido en la documentación gráfica y fotográfica del conjunto de la obra y todos sus detalles, un estudio petrográfico y petrofísico para determinar el grado de alteración del soporte pétreo, la eliminación de aquellos rejuntados que no eran originales y se aplicaron a lo largo del tiempo, la preconsolidación de las zonas con descamaciones o desplacaciones, la limpieza superficial de todo el conjunto, la eliminación de eflorescencias y consolidación de las superficies pétreas disgregadas, el tratamiento de las grietas y el rejuntado de las uniones con mortero de cal y arena adecuado.

En cuanto a la decoración mural de la Cripta, la intervención ha tenido por objeto preservar las pinturas murales más antiguas del monasterio que decoran los ábsides de la Iglesia Prerrománica o Hispánica, también llamada Iglesia Baja, y que representan escenas de las vidas de los Santos Cosme y Damián.

Estas pinturas están expuestas permanente a filtraciones de humedad procedentes de la roca natural. El conjunto pictórico se ha ido inspeccionando a lo largo de estos años, comprobándose que, aunque se han producido pocos cambios en su preservación, su estado de conservación había empeorado ligeramente.

Los deterioros más significativos se presentaban como manchas de humedad en las bóvedas, localización de sales en distintos lugares del encuentro con los muros o levantamiento de la capa pictórica con descamaciones en los bordes, entre otros.
De esta forma, se ha realizado un tratamiento muy preciso para arreglar los daños. La eliminación de los morteros de reposición que se encontraban en mal estado de conservación, de las eflorescencias salinas, la consolidación de los morteros, la fijación puntual de los levantamientos producidos en la capa pictórica y la regeneración de los morteros de reposición han sido algunos de los trabajos cometidos.

En cuanto al lienzo de la capilla de San Voto, situada en el Claustro, se ha procedido al cerrado de la misma, por medio de un vidrio interior, con el fin de impedir que quede expuesto a las fuertes oscilaciones de humedad y temperatura, causantes de las alteraciones como la pérdida de policromía en el marco o la falta de adhesión que había producido abolsamientos y ampollas.

Tras esta exposición, Javier Callizo quiso detenerse de modo singular en una lauda muy particular que existe en el Panteón de Nobles y que es la dedicada al Conde de Aranda, lo que le sirvió para glosar su figura.Don Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, Grande de España, presidente del Supremo Consejo de Castilla, capitán General de los Ejércitos, embajador en París, Lisboa y Varsovia y X Conde de Aranda es, en palabras de Callizo, “ sin duda el más egregio de los moradores del Panteón Real”.Al dirigir el foco sobre este noble aragonés, lo hizo para evocar el sesgo que imprimió a la política española durante el Reinado de Carlos III, y para concluir afirmando que “Aranda representa algo que quienes pertenecemos a esta Real Hermandad tenemos muy interiorizado, ser aragonés, como diría Costa un siglo después, es ser doblemente español”.“El Conde Aranda fue un integrante destacado de lo que se conoce en la historiografía moderna del XVIII español, como el Partido Aragonés, que inspiró gran parte de las más acertadas decisiones de la Corona en materia de política social y económica”, puntualizó. Para finalizar su discurso, Callizo quiso resaltar recordando las palabras del Himno de la Hermandad, con letra del Hermano Mayor D. Emilio Eiroa, “se alanzan al futuro España y Aragón”.